, ¡No te cases con esa idea! Todos hemos escuchado esta frase alguna vez (sobre todo si has pasado por las filas de iLab 😱). Pero, ¿a qué nos referimos en realidad? Cuando nos disponemos a diseñar algún producto, servicio o proceso, es muy común que tomemos nuestra experiencia como punto de partida para decidir si un problema en realidad es un problema. Y, seamos francos. Es aún más común que nos aferremos a nuestra solución. Sin embargo, ¿qué pasa si no escuchamos antes a nuestros usuarios reales? O, peor aún, ¿y si ésta no tiene el éxito que esperábamos? En esta edición te compartimos algunas ideas que, seguramente, te ayudarán a reducir las probabilidades de fracasar. |